22 abr 2012

Cap-60: Epílogo


Narrado por Justin
 
Ella se despide de mí, como sí nada hubiera pasado. Me abraza suavemente ante la atenta mirada de él. Y pienso lo inevitable. Que él la supo amar mejor que yo, que tuvo la valentía de decir “Te acompaño hasta el fin del mundo” mientras que yo…yo no hice eso. Sólo pensé en mí. Pero ya no se puede hacer nada. Quizás es que él la comprende mejor que yo. No lo sé. Me toco la sien. Sonríe mientras me susurra al oído “Hablaremos algún día
Asiento suavemente. ¿Y ahora que digo? Parece que lo de ayer no la ha afectado en absoluto. La verdad, no fue como antaño. Fuego prendido de cenizas, sin ningún fundamento, sólo destinado a consumirse lentamente. La veo montarse en la moto de él. Se pone el casco. Le miro a él, de su casco caen mechones rubios sobre unos ojos verdes. Levanto la mano a modo de saludo. Gin me sonríe por debajo de su casco. Y él arranca hasta de poder decirme nada. Me quedo ahí plantado. En París. Pensando que quizás no encontraré a otra igual que a mi Gin, porque esa chica ya no existe. Ha crecido al igual que yo. Puedo volver la vista atrás sin que me corroa la pena. Todo esto estaba destinado a pasar. Desde nuestro encuentro hasta nuestra despedida. Y la verdad, no me arrepiento de nada.
FIN

Cap-59: París, donde todo es posible.

Heeeeeeeeeeeeeeey!!:) Que de tiempo people, sólo vengo a dejar el último capítulo después de nosecuanto tiempo -.- jajajajajaja y ahora quiero subir el epílogo, que va a ser cortito cortito, sólo para despidirme. Situaros que ha pasado dos años o por ahí ^^  La letra en cursiva de la segunda parte es de esta canción -> http://www.youtube.com/watch?v=gDmaX5iCwwY  y para la última parte (lo que está en cursiva) es parte de esta canción -> http://www.youtube.com/watch?v=owSm2J-0WJk&feature=fvwrel




Narrado por Justin
Nunca digas nunca, pero ten por seguro que nada es para siempre. Que extraña contradicción ¿Verdad? Pero es una realidad. Ni siquiera lo que más quieres va a ser para siempre, todo acaba alguna vez. Porque nacemos para morir algún día. Y sé que ahora soy el adolescente más famoso del momento pero dentro de cinco años ¿Quién seré? Aquel chico del Baby seguramente. Sonrío amargamente. No quiero decir que no me guste mi vida, pero me falta algo. Y sé perfectamente  lo que es. Hace demasiado tiempo que lo niego, pero ya puedo pensar con objetividad sin estar cegado por la pena o el odio. No lo puedo negar, la he odiado. Se fue y me dejó aquí, dejó lo que teníamos. Nosotros que nos juramos amor eterno. Que teníamos nuestra vida ya resuelta. Pero ahora ya lo veo claro. Sólo hemos sido víctimas de eso a lo que llamamos destino. Nadie tuvo la culpa. Suspiro mientras me pongo los cascos. Miro por la ventanilla del avión. Va a ser un vuelo un poco largo, el mismo viaje que hice con ella pero a la vez uno distinto. Hace tiempo que no desentierro viejos recuerdos, traté de cortar todos mis lazos con ella cuando cortamos pero…hubo uno que no pude cortar, mi amor por ella. Siento el familiar cosquilleo y la sensación de caída que me produce el avión. Me tengo que sujetar al brazo del sillón. No soporto el avión. Siento una mano suave y dulce acariciarme el brazo con suavidad. La miro. Me inspira ternura, como sí fuera mi hermana. Pero nada más. En ocasiones, cierro los ojos y trato de imaginarme como sería todo sí su padre no hubiera vuelto, pero simplemente no puedo imaginarlo. Me pregunto cómo será ahora, sí habrá cambiado mucho, sí habrá encontrado a alguien. A alguien que la haga sonreír como yo. Apoyo mi cabeza en el asiento. Por primera vez, el avión no es mi preocupación ahora.


                                                              ●●●
Dicen que París es la ciudad del amor. Quizás por eso fue mi primer viaje con ella. Ahora que pienso, la verdad es que fue porque tenía que ir allí para una firma de discos. Me acaricio el mentón con suavidad. Nuestro último verano. Paseando por la lluvia alrededor del Sena. Sus dulces besos bajo de la Torre Eiffel. Aún puedo oír sus “te quiero”  paseando por las calles en flor. Nuestro último verano. Recuerdos que siempre perduraran. La única imagen que no borré de ella. Nosotros juntos en verano. Felices. Enamorados. Sacudo la cabeza de nuevo. Selena me notaba raro, es verdad, siento que algo se ha accionado en mí. París. Ciudad de sueños, de amores, de esperanzas, de vidas. No es simplemente una ciudad. Es nuestra ciudad. Camino solo por las calles, aspirando un suave olor a jazmín. De pronto, una silueta rubia de perfil. Me acuerdo de ella. Está en un bar, trabajando de camarera. Me recuerda un montón a ella. Pero esta es rubia. Y mueve su melena rizada con la mano, dejando ver unos pómulos rosados, con una sonrisa amable.  Recoge el pedido y mira con expresión soñadora a la ventana. Y de pronto posa sus ojos en los míos. Su boca forma una pequeña O mientras que yo la saludo con la mano. Se lleva las manos a la boca. La gente se acerca a ella y ella simplemente se traga la sorpresa y continúa. Entro al bar y me siento en una mesa luminosa. La veo sonreír, una sonrisa surcada por tristeza. Ella se acerca lentamente a mí, tiempo suficiente para recordar nuestra historia. Me dirige una mirada limpia, sin odio pero sin amor. Por fin llega hasta a mí.
-¿Qué quiere?- Me dice simplemente. Yo la sigo mirando. ¿Qué que quiero? Llevarte al cine los domingos. Tener que levantarme pronto y reparar los cuadros rotos. Observarte a mi lado y examinar todas tus curvas, seguidamente el saboreo de toda tu carne cruda. Sin dudar mis sentimientos, querernos hasta ancianos. Solo quiero ser feliz y que lo seas junto a mí. Le habría dicho hace tiempo. Sin embargo, hoy contesto:
-Una coca-cola por favor- 
Ella sonríe complacida y me trae mi pedido acompañado de una nota que dice: Saldré de aquí a las nueve, espérame entonces;) Dejo la nota sobre la mesa y me bebo mi coca-cola tranquilamente. Me quedo sentado una hora, dos, tres, hasta que ella entra y se quita la ropa del trabajo. Sigo en el mismo sitio, observándola, tal como llevo haciendo estas tres horas. Finalmente, ella termina sonriente. Se acerca a mí y me da dos besos. Ya no huele como antes. Huele a ciudad, a tristeza, a lluvia, pero, sobre todo, huele a él. A otro chico. Me corazón se paraliza por un segundo, pero luego se recupera. Es normal. Ella también lo ha pasado mal. También habrá llorado a escondidas y se habrá levantado con una sonrisa para no levantar sospechas. También se habrá sentido frustrada. También habría sentido la necesidad de correr. De parar el mundo. Pero alguien se habrá dado cuenta de su luz y de su bonita sonrisa. Unas manos extrañas la habrán tocado justo donde yo lo hice. Una voz desconocida le habrá susurrado te quiero al oído. Y todo lo cerca que estuvimos nosotros se habrá desvanecido entre sus nuevos recuerdos, como el humo de un cigarro. Pero este momento nos pertenece a ella y a mí, como antaño, cuando me parecía impensable pasar ni un solo segundo sin ella. Nos miramos. Un abismo nos separa, no somos los de antes, la vida nos ha cambiado. Y pienso en todo aquello que he estado pensando, lo que me juré le diría. Y lo pienso y lo repienso. Pero las cosas no salen, las palabras se quedan atascadas en mi boca. En este momento todo lo que cuenta son los actos. Así que me acerco a ella y la abrazo, sintiendo su cuerpo con el mío, recordando los tiempos en los que los abrazos eran continuos, y luego los besos. Pero dos años son mucho tiempo para romper una rutina. Nos separamos rápidamente, incómodos, sintiendo los antiguos recuerdos. Y entonces, empezamos a hablar. Una conversación banal, marcada por las referencias al pasado. Pasamos un buen rato andando, caminando por París. Esa ciudad en la que las casualidades no existen. Todo es producto del amor. Ya entiendo porque es la ciudad del amor. En un momento dado, ella me invita a ir a su casa. Llegamos rápido y me siento en su sofá. Se ahueca el pelo, inundando la habitación con su olor. Bebo un sorbo de la bebida. Me deja un regusto seco, pero me gusta. Y los minutos pasa, convirtiéndose en horas mientras nuestra conversación se adentra en terrenos peligrosos. Lentamente, mientras me explica el porqué de su cabello rubio, se va acercando a mí. Esto empieza a tener un tinte peligroso, pero me da igual. No puedo apartar mis ojos de sus ojos castaños, sintiendo su respiración en mis labios. Y entonces ocurre lo inevitable. Me sorprendo a mi mismo respondiendo al beso. Cómo sí de una película se tratara, veo aparecer todos nuestros recuerdos mezclados con otros nuevos. Pero mi culpabilidad desaparece. Siento que las palabras se quedan cortas. Y lo único que quiero es que trate de entenderme,  que consiga descifrar todo lo que le quiero decir con este beso. Esta es la última noche que estará sola. El beso se hace más apasionado y lento. Mírame a los ojos para que veas que yo lo sé. Mi camisa cae, luego la suya. Estoy en donde sea que tu quieres que este. Nada nos separa, después de tanto tiempo sin ella. Te sostendré en mis brazos y no te dejaré ir. La luz se apaga mientras nosotros vamos hacia su cuarto. Soy todo lo que necesitas que sea. Enredados en el beso, en las cenizas de nuestro amor. No te dejaré decir adiós. Sólo París puede ver nuestro error. Seré tu razón por que. Y ahora me doy cuenta. La última noche que tu estarás sola. Que un fuego no mata a otro, sólo lo aviva. La última noche lejos de mí.






                                                                             Lejos de mí.

27 ene 2012

Cap-58: Es lo último que te pido

Holaa! Bueno siento deciros que este es mi último capítulo. Quiero hacer un epílogo y eso pero no sé a ver sí lo escribo ahora. Ah y también voy a poner un pequeño agradecimiento y todo eso. Así que allí os diré todo lo que tengo que decir. Un beso y espero que os guste.
Narrado por Gin


1 día antes
Inspiro suavemente. Voy a echar de menos este olor. El dulce olor a sal, a mar. Uno de mis favoritos. Pero no es lo que echaré más de menos. Intento no pensar en eso, sólo conseguiré ponerme a llorar. Me siento suavemente en un banco. Veo las inscripciones que hicimos en él. Las acaricio con un dedo. Espero no olvidar eso nunca, nunca me perdonaría sí olvidara algún detalle de estos 7 meses. Mi vida cambió en cuanto lo conocí. Y no sólo porque pasé del anonimato a ser mundialmente conocida, sí no porque él me cambió. Miró su figura llegar hasta mí con una medio sonrisa. Sospecha algo. No puedo evitar sonreír, le amo con todo mi corazón, pero ahora eso no cuenta. Se sienta a mí lado y me acaricia el pelo.
-¿Qué hay cariño?- Me saluda dulcemente. Intento que no me vea los ojos mojados. Pero no lo consigo. Él me coge de la barbilla y me mira directamente a los ojos.
-¿Qué va mal?- Me dice cogiéndome la mano. No puedo evitar empezar a sollozar. Me abrazo con fuerza a él. Soy incapaz de mirarle a los ojos. me separa de él suavemente y me mira a los ojos. Intuye lo que le quiero decir.
-¿Sabes que?- me pregunta. Niego con la cabeza.
-Desde que estoy contigo, no soy el mismo. Antes tenía aficiones, gustos, pensaba en otras cosas. Pero desde que llegaste tú, sólo podía pensar en tí. ¿Cómo me has hecho esto? Y lo peor de todo es que me gusta. No quiero cambiarlo porque cada segundo que estoy a tu lado es como estar en el cielo. Y sé que tú eres mi vida, y el día que desaparezcas de mi vida, moriré-
-Justin...no lo hagas más difícil por favor- Le digo. Ahora sí que sabe lo que quiero. Me mira triste.
-No sabes lo que dices, ¿Quieres que te haga fácil dejarme cuando lo eres todo para mí?-
-Esto es tan doloroso para mí como para tí, yo no te quiero dejar, eres lo que más quiero, pero es lo que tengo que hacer-
-Pero sí te duele tanto, ¡No lo hagas!-
-Tú sabes que no podría funcionar, está muy lejos de aquí. Lo único que haremos es hacernos más daño, simplemente dejemoslo-
-Luchemos al menos por esto, no puede acabar así-
Ladeo la cabeza.
-lo siento, no podría soportarlo-
Justin me mira casi con lágrimas en los ojos. No soporto verle así.
-Pues entonces...¿nada?- Me pregunta. Le acaricio el pelo.
-Lo siento, sabes que te amo y que no haría esto sí no fuera necesario-

Ahora

Besos, abrazos, miradas de tristeza, esperanzas, palabras de amor. Eso es lo que me recuerda esta estación de trenes. No paro de mirar a todos lados, pero Justin no aparece. No le culpo, después de nuestra ruptura no querrá venir. Pero yo no soportaría irme sin verle. Sin ver a mi Justin, no a Justin Bieber sí no a mi Justin. Al que quiero. Mi padre entra dentro del tren casi sin despedirse de nadie. Cuando casi estoy a punto de entrar oigo a alguien gritando mi nombre. Me vuelvo y le veo. Ignorando lo que pasó ayer voy corriendo y le abrazo. Me gustaría poder trasmitirle con un abrazo todo lo que siento. No quiero irme, es lo que menos quiero, sólo le quiero a él, nunca fue mi decisión. Él parece comprenderlo porque me abraza más fuerte.
-Gin- Me susurra al oído. Le agarro con fuerza.
-Te traje un regalo para que no me olvides- Me dice con voz ronca. Le miro. No puedo evitar llorar. Me da una cajita con un colgante en forma de corazón. Le vuelvo a abrazar.
-Yo tengo uno también para tí- Le digo. Justin intenta sonreír. Puedo ver que está llorando. Abre mi regalo. Un album con nuestras fotos. Todas. Me abraza más fuerte. El pitido del tren indica que me engo que ir. Tantos sentimientos, tantas emociones, que no se pueden expresar con palabras. Me quedo con ganas de decirle algo.
-Te amo Justin- Le digo. Él me mira y sonríe.
-Y yo a tí Gin, más de lo que nunca he amado a alguien-
Otro abrazo.
-Supongo que es un adiós- Le digo.
-Sólo un hasta luego-
-Seguro que nos volveremos a ver-
-Te llamaré todas las semanas-
-Te enviaré e-mails-
Sonreímos. Me acompaña hasta la puerta y me abraza por última vez. Me subo al tren.
-Pase lo que pase, prométeme algo- Me dice de pronto. Le miro y asiento. Él mira hacia abajo.
-Dime-
-Prométeme que serás feliz- Me dice y entonces, las puertas se cierran. Me quedo mirándole, mirando como se derrumba mientras me alejo de él. Y en mi corazón todavía retumba lo que le he prometido en silencio. Sus últimas palabras. Seré feliz, por él.

13 ene 2012

Cap-57: Yo soy tú padre xD

Holaaa! ¿qué tal el nuevo añoo? Sé que tardo muchísimo en escribir, pero es que ya la inspiración se me ha ido DD: Y tengo que deciros que el próximo capítulo es el último:( Y que haré un  epílogo para más o menos explicar lo que les pasará y que será de su vida. Hace ya más de un año que estoy con esto y creo que sólo me leerán 3 o 4 personas que, aunque yo les agradezco mucho que me lean, siguen siendo muy pocas. Además, necesito escribir más cosas aparte de esto y sé que sí me pongo con dos cosas a la vez al final no haré ní una ní otra. Y tampoco sé sí poner en un blog lo próximo que escriba o no, es que va a ser algo especial, lo intuyo y no sé sí ponerlo o no. Bueno, ya lo decidiré y sé que me estoy enrrollando ya mucho ( como otros que yo me sé ¬-¬ jejeje) En mi canal de youtube seguiré colgando vídeos de Debby y Justin (canal- aniitasmiiley) y muchas gracias por todo, aunque esto todavía no es una despedida. Disfrutad el capítulo y besos (K.

Narrado por Justin
Ya hacen dos meses, pero no la veo mejor. Simplemente, intenta que no se le note, pero la conozco y sé que lo está pasando muy mal. En estos momentos son en los que más la debo apoyar. Le acaricio el pelo. No quiero que esté así, pero eso no lo puedo evitar yo. Le beso la frente. Simplemente estamos sentados en su cama, ella entre mis brazos, pequeña como siempre. Solos. No puedo evitar pensar en eso. Pero no es el mejor momento. Gin estornuda (o tosimentó, ¿no Lucía?) suavemente.
-Jesús- Le digo sonriendo. Ella me mira con sus dulces ojos castaños. Y no hace una sonrisa con sus labios, pero sé que está sonriendo, lo veo en sus ojos. Y veo más cosas, alegría, tristeza, deseo, y mucho, mucho amor. No puedo evitar sonreír. ¿Qué pensará de mis ojos? ¿Estoy cogiendo complejo? Seguramente, ella es tan perfecta y yo soy...soy yo. En ocasiones pienso que es demasiado perfecta para mí, y sé que suena a típico de libros en plan "Oh, no me la merezco" pero no, es verdad. Ella es tan perfecta...Ladea la cabeza y me mira dulcemente.
-Justin...- Me dice con voz débil.
-Dime cariño- le digo yo. Se estremece en mis brazos. Sonrío, lo había olvidado, ama que yo le llame cariño. Y yo amo hacerla feliz.
-Sabes que últimamente no lo estoy pasando bien...y que necesito distraerme ¿no?- me dice con voz melosa. Ya entiendo a lo que quiere llegar. Sonrío con dulzura. Le acaricio la mejilla.
-Pues dejame distraerte- le digo. Ella sonríe y la beso suavemente.

Más tarde

Nos sentamos a cenar en el salón con su familia. Desde hace un buen tiempo pasamos casi todo el día juntos, incluida la cena y la comida. Gin me sonríe dulcemente.
-¿Y qué habeis hecho esta tarde?- Nos pregunta su tía. Casi no puedo evitar la risa, pero Gin me pega un pisotón por debajo de la mesa. Compartimos una mirada significativa.
-Pues...dimos un paseo para tomar el aire, aquí dentro agobiaba mucho- Dice Gin. Lo que es verdad, pero no es todo lo que hicimos esta tarde. Sonrío. Su tía se da cuenta de que aquí pasa algo, pero no pregunta. De  pronto, llaman al timbre. Gin hace un amago de levantarse pero su tía la retiene.
-Da igual, ya voy yo- Dice con una sonrisa. Seguimos comiendo y hablamos de banalidades hasta que de pronto oímos que su tío discute con alguien a gritos. Gin se levanta y yo con ella. En la puerta hay un hombre alto que me suena de algo. Discute acaloradamente con su tía.
-Es mi hija Alessandra, y me la habeis estado ocultando todo este tiempo- Le dice él. Es alto con el pelo rizado oscuro y un marcado acento italiano. Las gafas que lleva sobre la nariz tiemblan levemente. Sus grandes ojos oscuros están marcados por las arrugas.
-Ella no quiere...quería que se viera marcada por un padre que la abandonó, es menos doloroso fingir tú muerte- Le dice ella.
-Yo no la abandoné, fue ella la que se fué, yo estaba en el ejercito ella sabía que no podía irme- Le dijo él.
-te pasabas todo el día fuera, y necesitaba dinero, y además ella nunca fue de permanecer mucho tiempo en un mismo lugar, pensaba que lo sabías Luca-
-Lo del pasado, pasado está. Ahora quiero ver a mi hija- Le dice él. Veo a Gin ponerse pálida. ¿Ese es su padre? ¿No estaba muerto? no entiendo nada. Gin se adelanta y su tía la ve.
-Vete para dentro Gin- le dice enfadada. Ella se queda mirando al desconocido y él a ella.
-Te pareces tanto a tú madre- Le dice él. Gin se acerca lentamente.
-¿Quién eres?- Le pregunta ella, aunque lo sabe perfectamente.
-Soy Luca Adornetto. Yo soy tú padre Gin-

3 ene 2012

Cap-56: Cosas irreversibles que duelen hasta quemar...


Holaaaaaaaa:) Gracias de todo corazón por estas 12000 visitas estoy realmente emocionada casi no me lo puedo creer. Sois los mejores y siento no poder continuar esta novela para siempre pero es que me falta inspiración y además quiero empezar otra a ver que tal se me da jajajaja Este capítulo sé que es corto pero es que no tengo ya tiempo para nada porque entre la tarea, un trabajo que tengo que exponer y salir y eso estoy falta de tiempo DD: Siento deciros que este es el 2 o 3 capítulo antes de que termine. Y siento lo triste que es este capítulo es que lo necesita. Adiiios besos y espero que lo disfruteiss y feliz naviidad y año nuevoo :)



Narrado por Gin
Me siento al lado de Justin y enciendo la tele con el mando. 
-¿Qué vamos a ver?- Me pregunta sonriendo. 
-Ni idea, elige tú- Le digo poniendo mi cabeza sobre sus piernas mientras le doy el mando. Justin me acaricia el pelo con dulzura mientras mira la tele. Le miro.  Parece concentrado, pero sólo parece. Hay que conocerlo muy bien para saber que está mirando la tele simplemente, sin verla realmente. Me preguntó que estará pensando. De pronto, se vuelve y me mira. me sonrojo, como sí hubiera hecho algo que no debiera. Justin me sonríe y me besa con dulzura. Me acaricia la cara con sus suaves manos mientras sigue sonriendo. Le miro con dulzura. Seis meses ya. Casi un año. Tantas cosas vividas. Cada vez estoy más segura que le amo de verdad. Él es mi vida. Mi tía entra. Justin y yo nos volvemos a mirarla. Tiene el teléfono en la mano y llora. Me levanto corriendo hacia ella. 
-¿Qué pasa?¿Estás bien?- Le pregunta preocupada. Ella me mira y empieza a llorar más fuerte mientras agarra el teléfono con fuerza. La ayudo a sentarse en el sofá.
-¿Qué pasa?- Le pregunto más preocupada aún. Ella sigue llorando con el teléfono aún en la mano. Justin me pone una mano en el brazo.
-¿está todo bien?- Me pregunta. Le miro con preocupación. 
-No lo sé, no me dice nada- Le digo con un timbre de ansiedad en mi voz. Justin coge el teléfono y escucha. Se pone serio de pronto. 
-Creo que deberías cogerlo- Me dice con voz serie y mirándome con preocupación. Cojo el teléfono con recelo y me lo pongo lentamente en la oreja. Sólo hay un pitido. Han colgado. Le miro con extrañeza. 
-¿Qué pasa? - Le pregunto por tercera vez a mi tía. Ella me mira. 
-Siéntate Gin por favor- Me pide mientras se seca las lágrimas con el dorso de la mano. me siento y Justin me da la mano trasmitiendome confianza. Mi tía toma aire.
-En ocasiones, Gin, pasan cosas que nosotros no tenemos la culpa. Cosas irreversibles que duelen. Puede que sientas que nadie te comprende, a lo mejor es verdad porque a pocos le pasa eso, pero quiero que sepas que estamos contigo en todo momento. ¿Comprendes?- Me dice. asiento levemente con la cabeza, no tengo ni idea de que está hablando. Mi tía vuelve a  tomar aire.
-Gin, tu madre ha...bueno que tuvo un accidente volviendo y...lo siento Gin- me dice. Entro en estado de shock. ¿Mi madre ha muerto? No me lo creo.
-¿Es una broma no?- Digo sintiendo las lágrimas quemando en mis ojos. Mi tía me mira durante un segundo pero luego esquiva mi mirada. Me echo dos pasos para atrás. No me lo creo. Todo esto es tan irreal. Me siento caer y alguien me recoje. Siento que Justin me abraza mientras yo me desmayo.